sábado, 25 de septiembre de 2010

En el momento justo

Fue un partidazo, vamos a comenzar de ahí: tenso, nervioso, vibrante, disputado entre dos equipos que siempre quisieron ganar y definido en el segmento final por un recién ingresado, Mirko Vucinic, quien de cabeza estampó el 1 a 0 de la pizarra definitiva.

Un triunfo fundamental para Roma, que estaba muy rezagada en la parte baja de la tabla y ya parecía afuera de la lucha por el título. En cambio, con este resultado suma 5 puntos y se ubica a otros tantos de su vencido, Inter, que por ahora sigue líder con 10 unidades.

En la primera etapa, el dominio de Roma fue notorio, fundado esencialmente sobre la enorme tarea de los dos defensores centrales, Juan y Burdisso, quien anticiparon siempre a los rivales y no permitieron que Inter se instalara establemente en la mitad de la cancha local.

Sin embargo, Roma no lograba transformar esa superioridad en el trámite en moneda sonante, los goles, porque Ménez desequilibraba pero erraba todo en fase de definición y porque Totti y Borriello nunca lograron espacio suficiente como para lastimar.

Por encima, el referí Morganti no concedió un penal clamoroso, cuando Lucio levantó su pierna de manera desmedida mientras Borriello buscaba el cabezazo, un golpe claro que merecía la pena máxima. Con lo que había pasado en la semana, ese episodio obviamente crispó los nervios de los giallorossi y entonces se ensució el partido, con un sinfín de discusiones, faltas y juego muy entrecortado.

En el complemento, Inter mejoró algo, especialmente en la segunda parte de la etapa, cuando Benítez lo sacó a Milito y puso a un volante de marca, Muntari. Así, paradójicamente, Inter se afirmó en el medio y por eso logró mantener mucho más tiempo el balón cerca del área rival que de la propia.

En ese segmento, con Eto'o parado al centro del ataque desperdiciando un par de ocasiones con remates desviados, uno pudo adivinar que ese el esquema que más le gusta al entrenador y que se acerca el momento en el que Rafa deberá elegir entre el argentino y el camerunés para la posición de "nueve".

De cualquier manera, Roma también metió unos cambios, porque en el final parecía que hasta lo podía perder luego de haber merecido ganarlo en los primeros 45 minutos: así, ingresaron Vucinic por Totti y Julio Baptista por Borriello.

Fue justamente uno de los recién ingresados quien definió el pleito: ya en tiempo de descuento, De Rossi metió un centro desde la "trescuartos" por derecha y Vucinic, en zambullida, le ganó a Lucio y la mandó a guardar con un cabezazo muy cruzado al segundo palo.

Está claro que Vucinic y todo el Olímpico lo gritaron con alma y vida, pero también se escucharon gritos en otra media Italia, porque los hinchas de los demás equipos temían que Inter se escapara y cerrara el discurso "Scudetto" con más anticipo que nunca. En cambio, el campeón defensor perdió su invicto y entonces podemos decir, como por otra parte es obvio, que esto recién comienza.

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