El entrenador del FC Barcelona, Pep Guardiola, ha indicado que cada temporada "el reto es mayor" por la calidad de los rivales y ha opinado que el Real Madrid es "un equipo importante", que cuenta "probablemente" con "el mejor entrenador del mundo", que "consigue muy buenos resultados".
Por todo ello, Guardiola no cree que el Real Madrid haya cimentado sus victorias en este inicio de temporada ante rivales de menor entidad.
"Si el Real Madrid ha ganado estos partidos es porque se lo merece. Es un equipo importante, que tiene probablemente al mejor entrenador del mundo dirigiéndole. Pensaba que iban a ser competitivamente muy importantes y así ha sido", ha recordado.
Guardiola ha insistido en que Mourinho "lleva un trayectoria inmaculada" y que el Madrid firma una buena temporada porque "es un buen entrenador que consigue muy buenos resultados".
Por todo ello, para el Barça cada año que pasa "el reto es mayor" y esta temporada es "mayúsculo", según el entrenador azulgrana, quien tiene ganas de "asumir el reto" y de medirse "con los mejores".
El entrenador azulgrana también ha respondido sobre cuestiones referentes a dos futbolistas, Dani Alves y José Manuel Pinto. Sobre el primero ha recordado que el lateral del Barça "no provocó a nadie" en la acción que le costó la expulsión a Leo Ponzio.
"Cada uno tiene su temperamento. Unos son más pausados y Dani es más visceral", ha dicho, mientras que sobre la investigación que ha abierto la UEFA sobre el silbido de Pinto durante el partido ante el Copenhague, Guardiola ha respondido con ironía.
La UEFA ha decidido investigar la acción de Pinto durante el partido ante el Copenhague, después de que el meta barcelonista silbara y confundiera al delantero de los daneses, César Santin, que se detuvo al pensar que estaba en fuera de juego.
"Cuando Pinto silba es que pide a la defensa que vuelva a su posición", ha comentado el técnico azulgrana.
lunes, 25 de octubre de 2010
Para Mou la Copa del Rey es importante
José Mourinho demostró en rueda de prensa la mentalidad con la que el Real Madrid luchará esta temporada por la Copa del Rey, en años anteriores un torneo menor para el club, y aumentó la presión a los suplentes, que tendrán su oportunidad: "Si no juegan bien, convocaré en Liga a jugadores del Castilla". El técnico del Real Madrid, elogió la temporada que está haciendo el argentino Gonzalo Higuaín y aseguró que él tiene "la culpa de que Benzema no juegue", horas antes de que el delantero internacional francés afronte en Murcia una oportunidad en la que debe demostrar su nivel.
Getty Images
El entrenador puso presión sobre los suplentesReal Madrid ha preparado su estreno en Copa del Rey, ante el Murcia de Segunda división B, con la misma intensidad y métodos que utiliza en partidos de Liga y Liga de Campeones. Lo destacó en rueda de prensa Mourinho, que quiere evitar cualquier relajación de sus jugadores, a los que aumentó la presión.
"Higuaín trabaja como nunca. He visto mucho al Real Madrid en años anteriores y a este nivel no lo he visto nunca. En la forma que trabaja está cerrada la puerta. Continua marcando sus goles, asiste, trabaja y presiona. La culpa de que Benzema no juegue es de Higuaín", manifestó.
"Benzema tiene que aprovechar el partido de Copa y los minutos que va jugando para cuando llegue su hora de ser titular y sea él quien cierre la puerta a Higuaín. Trabajamos por lo mismo como equipo pero internamente tenemos nuestras luchas y competitividad. Karim tiene que continuar con fuerza psicológica", añadió.
Lo que no concibe Mourinho de momento es trastocar el esquema táctico que le está dando buenos resultados para juntar a sus dos delanteros centros. "Con el sistema que jugamos es difícil jugar con Higuaín y Karim juntos. En Auxerre y Osasuna lo hicieron, pero normalmente no".
Para Murcia da descanso el técnico a jugadores importantes. Admite que al que echará especialmente de menos será a Xabi Alonso. "No puede jugar cada partido porque es el sector del campo donde los jugadores corren y trabajan más. Xabi, Khedira y Özil tienen un desgaste físico alto. No tengo ninguna duda de que echaremos de menos a Xabi".
Menos elogios se llevó 'Lass' Diarra. Iba a ser titular hasta que una repentina molestia, "adenopatía inguinal" le impide viajar. 'Mou' demostró que no le ha gustado. "Pensaba jugar con Lass, pero no ha podido. No pasa nada, tenemos gente suficiente".
"Es más problema para él que para nosotros porque el partido me ayudará mucho para hacer la convocatoria para el sábado. Si no está para entrar en esta lucha con sus compañeros mañana, no estará para la Liga", zanjó.
Y mostró la mentalidad que ha transmitido a sus jugadores sobre la Copa del Rey, torneo que vuelve a ser valorado por el Real Madrid. "Mucha gente dice que para un equipo grande viene bien ser eliminado de Copa. Yo no estoy de acuerdo".
"Hay que intentar no ser eliminado nunca, llegar hasta el final. Se pierde prestigio. No es normal que un equipo de Primera sea eliminado por un Segunda B y esto sucede por actitud, modo de interpretar el partido, falta de motivación y respeto al adversario. Nunca es por tener menos calidad. Nosotros queremos ganar la eliminatoria. Respetamos al Murcia que tiene una oportunidad única de hacer historia", concluyó.
"Es obvio que si los jugadores no tienen calidad para jugar un partido de Copa contra un buen equipo pero de división inferior, no la tendrán para jugar en el Real Madrid partidos de dificultad más grande. En estos partidos tenemos todo que perder porque no se puede caer eliminado, pero para los jugadores que juegan menos es un partido muy importante", aseguró.
"Si un jugador no demuestra su calidad en este partido, que tiene la posibilidad de jugar de titular y noventa minutos, que no piense en estar convocado para la Liga. Es la presión que tienen que sentir los jugadores que van a jugar mañana. Si no juegan bien ante el Murcia en Copa, ¿cómo van a querer hacerlo en Liga o Champions?", se preguntó.
Matizó el técnico madridista las palabras que dijo tras el triunfo en Liga ante el Racing de Santander, cuando manifestó que el jugador que no esté bien en Copa le pondrá "la cruz" y estará "muerto", aunque amenazó con castigos si se producen comportamientos inadecuados en el terreno de juego.
"Hablé metafóricamente al decir que les pongo la cruz y muertos. No será así. Pero el que no juegue mañana bien no será convocado el sábado, eso seguro. Meto a jugadores del Castilla. Tienen que demostrar a la familia madridista que tienen calidad para ganar", afirmó.
Compareció Mourinho con la lección bien aprendida, conocedor de que la sequía del Real Madrid en Copa del Rey data de 1993. Son 17 años sin ganar el título.
"Es demasiado tiempo, no me parece normal pero es la realidad", aseveró. "No se gana desde que Butragueño marcó al Zaragoza. Desde entonces, dos finales pero perdidas. Es una competición que me parece importante. Se habla de Champions y Liga. Hay gente que no valora mucho las Copas, yo sí. Las gané en Portugal, las dos de Inglaterra, en Italia y quiero la de España", sentenció.
Getty Images
El entrenador puso presión sobre los suplentesReal Madrid ha preparado su estreno en Copa del Rey, ante el Murcia de Segunda división B, con la misma intensidad y métodos que utiliza en partidos de Liga y Liga de Campeones. Lo destacó en rueda de prensa Mourinho, que quiere evitar cualquier relajación de sus jugadores, a los que aumentó la presión.
"Higuaín trabaja como nunca. He visto mucho al Real Madrid en años anteriores y a este nivel no lo he visto nunca. En la forma que trabaja está cerrada la puerta. Continua marcando sus goles, asiste, trabaja y presiona. La culpa de que Benzema no juegue es de Higuaín", manifestó.
"Benzema tiene que aprovechar el partido de Copa y los minutos que va jugando para cuando llegue su hora de ser titular y sea él quien cierre la puerta a Higuaín. Trabajamos por lo mismo como equipo pero internamente tenemos nuestras luchas y competitividad. Karim tiene que continuar con fuerza psicológica", añadió.
Lo que no concibe Mourinho de momento es trastocar el esquema táctico que le está dando buenos resultados para juntar a sus dos delanteros centros. "Con el sistema que jugamos es difícil jugar con Higuaín y Karim juntos. En Auxerre y Osasuna lo hicieron, pero normalmente no".
Para Murcia da descanso el técnico a jugadores importantes. Admite que al que echará especialmente de menos será a Xabi Alonso. "No puede jugar cada partido porque es el sector del campo donde los jugadores corren y trabajan más. Xabi, Khedira y Özil tienen un desgaste físico alto. No tengo ninguna duda de que echaremos de menos a Xabi".
Menos elogios se llevó 'Lass' Diarra. Iba a ser titular hasta que una repentina molestia, "adenopatía inguinal" le impide viajar. 'Mou' demostró que no le ha gustado. "Pensaba jugar con Lass, pero no ha podido. No pasa nada, tenemos gente suficiente".
"Es más problema para él que para nosotros porque el partido me ayudará mucho para hacer la convocatoria para el sábado. Si no está para entrar en esta lucha con sus compañeros mañana, no estará para la Liga", zanjó.
Y mostró la mentalidad que ha transmitido a sus jugadores sobre la Copa del Rey, torneo que vuelve a ser valorado por el Real Madrid. "Mucha gente dice que para un equipo grande viene bien ser eliminado de Copa. Yo no estoy de acuerdo".
"Hay que intentar no ser eliminado nunca, llegar hasta el final. Se pierde prestigio. No es normal que un equipo de Primera sea eliminado por un Segunda B y esto sucede por actitud, modo de interpretar el partido, falta de motivación y respeto al adversario. Nunca es por tener menos calidad. Nosotros queremos ganar la eliminatoria. Respetamos al Murcia que tiene una oportunidad única de hacer historia", concluyó.
"Es obvio que si los jugadores no tienen calidad para jugar un partido de Copa contra un buen equipo pero de división inferior, no la tendrán para jugar en el Real Madrid partidos de dificultad más grande. En estos partidos tenemos todo que perder porque no se puede caer eliminado, pero para los jugadores que juegan menos es un partido muy importante", aseguró.
"Si un jugador no demuestra su calidad en este partido, que tiene la posibilidad de jugar de titular y noventa minutos, que no piense en estar convocado para la Liga. Es la presión que tienen que sentir los jugadores que van a jugar mañana. Si no juegan bien ante el Murcia en Copa, ¿cómo van a querer hacerlo en Liga o Champions?", se preguntó.
Matizó el técnico madridista las palabras que dijo tras el triunfo en Liga ante el Racing de Santander, cuando manifestó que el jugador que no esté bien en Copa le pondrá "la cruz" y estará "muerto", aunque amenazó con castigos si se producen comportamientos inadecuados en el terreno de juego.
"Hablé metafóricamente al decir que les pongo la cruz y muertos. No será así. Pero el que no juegue mañana bien no será convocado el sábado, eso seguro. Meto a jugadores del Castilla. Tienen que demostrar a la familia madridista que tienen calidad para ganar", afirmó.
Compareció Mourinho con la lección bien aprendida, conocedor de que la sequía del Real Madrid en Copa del Rey data de 1993. Son 17 años sin ganar el título.
"Es demasiado tiempo, no me parece normal pero es la realidad", aseveró. "No se gana desde que Butragueño marcó al Zaragoza. Desde entonces, dos finales pero perdidas. Es una competición que me parece importante. Se habla de Champions y Liga. Hay gente que no valora mucho las Copas, yo sí. Las gané en Portugal, las dos de Inglaterra, en Italia y quiero la de España", sentenció.
sábado, 25 de septiembre de 2010
poniendome en forma
entrenando y preparándome física y mentalmente para ver si converso al DT para que me convoque al torneo el viernes al parque del este espero hacer lo suficiente para converse al DT del equipo tenemos un buen equipo y podemos jugar de tu a tu con cualquiera.
Parada en la Ciudad
El capitán del Manchester City, el argentino Carlos TEvez, rompió este sábado la racha de victorias del Chelsea al anotar el único gol de un duelo muy igualado durante la primera mitad.
Esta sexta jornada de la Liga de Inglaterra, a la que el Chelsea llegó invicto con una media de 4,2 goles anotados en cada uno de sus anteriores partidos esta temporada, situó cara a cara a dos viejos conocidos por su trabajo en la Serie A italiana.
Carlo Ancelotti, al frente del vigente campeón (Chelsea), y Roberto Mancini, en el banquillo del "nuevo rico" de la Premier (Manchester City), parecían saber bien qué estrategia había preparado el contrario para llevarse los tres puntos.
Quizá fue eso lo que provocó un partido igualado, especialmente en la primera mitad, donde la posesión del balón entre los dos combinados fue muy similar.
Tras la reanudación, el ritmo aumentó. Se sucedieron varias jugadas ofensivas del Chelsea, que trajeron un disparo peligroso desde fuera del área del francés Nicolas Anelka, que fue desviado de manera providencial por el meta de Inglaterra, Joe Hart.
El saque de esquina dio una oportunidad a Michael Essien de estrenar el marcador del Chelsea, pero remató por encima del travesaño y se esfumó la posibilidad de aventajar a su equipo.
El Manchester City no desistía en sus intentos por alcanzar la portería del checo Petr Cech, pero siempre encontraba el muro defensivo del Chelsea, donde jugó como titular el brasileño recién llegado a Stamford Bridge, Ramires Santos.
Entre esos intentos, un disparo con poco ángulo del español David Silva, tras un pase entre líneas, llegó al destino pero lo despejó Cech beneficiando a sus rivales con un saque de esquina, en el que tapó bien su meta.
El gol llegó en el minuto 59, tras una pérdida del balón por parte del Chelsea en el centro del campo, que permitió a los locales dirigirse en igualdad numérica hacia la portería contraria. Finalizó el Apache (Tevez) con un disparó que cruzado que dio la victoria a los de Mancini.
Hasta la anterior temporada, el Manchester City sólo había ganado dos de los 24 encuentros de liga con el Chelsea, pero las cosas cambiaron cuando el año pasado venció tanto en la ida como en la vuelta.
Con el gol de este sábado, Tevez ha marcado ya seis goles en los últimos cinco partidos de liga con los Blues.
Esta sexta jornada de la Liga de Inglaterra, a la que el Chelsea llegó invicto con una media de 4,2 goles anotados en cada uno de sus anteriores partidos esta temporada, situó cara a cara a dos viejos conocidos por su trabajo en la Serie A italiana.
Carlo Ancelotti, al frente del vigente campeón (Chelsea), y Roberto Mancini, en el banquillo del "nuevo rico" de la Premier (Manchester City), parecían saber bien qué estrategia había preparado el contrario para llevarse los tres puntos.
Quizá fue eso lo que provocó un partido igualado, especialmente en la primera mitad, donde la posesión del balón entre los dos combinados fue muy similar.
Tras la reanudación, el ritmo aumentó. Se sucedieron varias jugadas ofensivas del Chelsea, que trajeron un disparo peligroso desde fuera del área del francés Nicolas Anelka, que fue desviado de manera providencial por el meta de Inglaterra, Joe Hart.
El saque de esquina dio una oportunidad a Michael Essien de estrenar el marcador del Chelsea, pero remató por encima del travesaño y se esfumó la posibilidad de aventajar a su equipo.
El Manchester City no desistía en sus intentos por alcanzar la portería del checo Petr Cech, pero siempre encontraba el muro defensivo del Chelsea, donde jugó como titular el brasileño recién llegado a Stamford Bridge, Ramires Santos.
Entre esos intentos, un disparo con poco ángulo del español David Silva, tras un pase entre líneas, llegó al destino pero lo despejó Cech beneficiando a sus rivales con un saque de esquina, en el que tapó bien su meta.
El gol llegó en el minuto 59, tras una pérdida del balón por parte del Chelsea en el centro del campo, que permitió a los locales dirigirse en igualdad numérica hacia la portería contraria. Finalizó el Apache (Tevez) con un disparó que cruzado que dio la victoria a los de Mancini.
Hasta la anterior temporada, el Manchester City sólo había ganado dos de los 24 encuentros de liga con el Chelsea, pero las cosas cambiaron cuando el año pasado venció tanto en la ida como en la vuelta.
Con el gol de este sábado, Tevez ha marcado ya seis goles en los últimos cinco partidos de liga con los Blues.
Recupera el rumbo
- En el estadio San Siro, Milan le ganó de local a Genoa gracias a un gol de Zlatan Ibrahimovic, el único tanto del encuentro. Así, los rossoneri ahora suman ocho puntos en la tabla y, por el momento, se ubican en soledad en la cuarta plaza del torneo. El Grifo, por su parte, sigue parado con cinco unidades y, esperando que todos los demás jueguen, comparte con otros cinco equipos el largo escalón de los novenos.
Para entender el momento por el que pasa el Diavolo, su nivel de juego y sus objetivos primarios, alcanza con fijarse en quien fue la figura de la cancha: Gennaro Gattuso. "Ringhio", con un enorme corazón pero sobre todo con grande inteligencia táctica, fue el que le permitió a Milan recuperar balones en el medio y mantener bajo control a un rival peligroso, que le jugó de par a par en un match muy equilibrado.
Esto nos da la pauta de lo que necesita ahora el conjunto de Allegri: equilibrio, solidez y cinismo. Claramente sirven también puntos, pero el técnico sabe que la calidad del plantel es tanta que cualquiera de sus jugadores puede cambiarle el partido de un momento para el otro.
Así fue justamente, porque luego de un primer tiempo prácticamente muerto, en el que el ritmo de juego fue bastante elevado, pero las ocasiones se contaron con los dedos de una mano, al comienzo del complemento una grandiosa invención de Ibrahimovic hizo la diferencia en favor de Milan: Pirlo metió un pelotazo largo por el medio, Zlatan corrió apretado por Ranocchia y Dainelli y, apenas entrado en área y primero de que uno de sus adversarios lograra despejar, con un alargue impresionante logró tocar el balón con la punta del pie derecho, todo a gran velocidad. Ese toque alcanzó para meterle un globito letal a Eduardo, quien algo mal parado en el área se dejó madrugar por la genialidad del sueco y logró apenas tocar el esférico, sin poder desviarlo afuera.
Los locales, con el 1 a 0, quisieron pasar a un control asfixiante del balón, pero no lo lograron con tanta facilidad porque les fue difícil mantener el balón arriba. Cuando Gattuso (exhausto) salió al minuto 20, todo fue aún más difícil. Sin embargo, la defensa hizo una excelente guardia y raramente Genoa logró mostrarse con peligro. El Grifo, a todo eso, pagó a caro precio su actitud amarrete: en efecto, su orden táctico fue casi perfecto, así como su concentración defensiva, pero casi nunca arriesgó en ataque y raramente se desequilibró hacia adelante para salir a buscar el empate.
También por esa posición muy prudente de los xeneizes, Milan encontró muchas dificultades para poder jugar a la contra, como hubiese querido hacer tras la ventaja. De todas maneras, cuando Ronaldinho le dejó el puesto a Seedorf (el brasilero disputó uno de sus peores partidos en Italia, jugando de manera a menudo hasta irritante), los rossoneri estuvieron más ordenados y lograron crear algún peligro más.
Además, con el pasar de los minutos inevitablemente Genoa tuvo que conceder algún espacio, en el que el Diavolo fue rápido y hábil en meterse con contras peligrosas y bien armadas, pero todas desperdiciadas malamente, sobre todo por parte de un dinámico pero egoísta Flaminí.
Al final el encuentro no ofreció muchas otras emociones y ni se vieron variaciones en el marcador. De esta manera, Milan dio la impresión de haber obtenido el objetivo que más le interesaba ahora, los tres puntos, pero lució estar aún bastante lejos del alcance de la misión de todo el club para el futuro: la de obtener un nivel de juego y una fuerza mental tales para arrebatarle el Scudetto a Inter.
Genoa, por su parte, disputó un buen match. Pero Gasperini no puede pensar de ir muy lejos debiendo elegir a cada partido entre ataque y defensa, renunciando a un aspecto cuando se elige el otro. El Grifo deberá encontrar mayor equilibrio y tiene que trabajar mucho sobre el despliegue, si quiere realmente merecerse un puesto en Europa.
Para entender el momento por el que pasa el Diavolo, su nivel de juego y sus objetivos primarios, alcanza con fijarse en quien fue la figura de la cancha: Gennaro Gattuso. "Ringhio", con un enorme corazón pero sobre todo con grande inteligencia táctica, fue el que le permitió a Milan recuperar balones en el medio y mantener bajo control a un rival peligroso, que le jugó de par a par en un match muy equilibrado.
Esto nos da la pauta de lo que necesita ahora el conjunto de Allegri: equilibrio, solidez y cinismo. Claramente sirven también puntos, pero el técnico sabe que la calidad del plantel es tanta que cualquiera de sus jugadores puede cambiarle el partido de un momento para el otro.
Así fue justamente, porque luego de un primer tiempo prácticamente muerto, en el que el ritmo de juego fue bastante elevado, pero las ocasiones se contaron con los dedos de una mano, al comienzo del complemento una grandiosa invención de Ibrahimovic hizo la diferencia en favor de Milan: Pirlo metió un pelotazo largo por el medio, Zlatan corrió apretado por Ranocchia y Dainelli y, apenas entrado en área y primero de que uno de sus adversarios lograra despejar, con un alargue impresionante logró tocar el balón con la punta del pie derecho, todo a gran velocidad. Ese toque alcanzó para meterle un globito letal a Eduardo, quien algo mal parado en el área se dejó madrugar por la genialidad del sueco y logró apenas tocar el esférico, sin poder desviarlo afuera.
Los locales, con el 1 a 0, quisieron pasar a un control asfixiante del balón, pero no lo lograron con tanta facilidad porque les fue difícil mantener el balón arriba. Cuando Gattuso (exhausto) salió al minuto 20, todo fue aún más difícil. Sin embargo, la defensa hizo una excelente guardia y raramente Genoa logró mostrarse con peligro. El Grifo, a todo eso, pagó a caro precio su actitud amarrete: en efecto, su orden táctico fue casi perfecto, así como su concentración defensiva, pero casi nunca arriesgó en ataque y raramente se desequilibró hacia adelante para salir a buscar el empate.
También por esa posición muy prudente de los xeneizes, Milan encontró muchas dificultades para poder jugar a la contra, como hubiese querido hacer tras la ventaja. De todas maneras, cuando Ronaldinho le dejó el puesto a Seedorf (el brasilero disputó uno de sus peores partidos en Italia, jugando de manera a menudo hasta irritante), los rossoneri estuvieron más ordenados y lograron crear algún peligro más.
Además, con el pasar de los minutos inevitablemente Genoa tuvo que conceder algún espacio, en el que el Diavolo fue rápido y hábil en meterse con contras peligrosas y bien armadas, pero todas desperdiciadas malamente, sobre todo por parte de un dinámico pero egoísta Flaminí.
Al final el encuentro no ofreció muchas otras emociones y ni se vieron variaciones en el marcador. De esta manera, Milan dio la impresión de haber obtenido el objetivo que más le interesaba ahora, los tres puntos, pero lució estar aún bastante lejos del alcance de la misión de todo el club para el futuro: la de obtener un nivel de juego y una fuerza mental tales para arrebatarle el Scudetto a Inter.
Genoa, por su parte, disputó un buen match. Pero Gasperini no puede pensar de ir muy lejos debiendo elegir a cada partido entre ataque y defensa, renunciando a un aspecto cuando se elige el otro. El Grifo deberá encontrar mayor equilibrio y tiene que trabajar mucho sobre el despliegue, si quiere realmente merecerse un puesto en Europa.
En el momento justo
Fue un partidazo, vamos a comenzar de ahí: tenso, nervioso, vibrante, disputado entre dos equipos que siempre quisieron ganar y definido en el segmento final por un recién ingresado, Mirko Vucinic, quien de cabeza estampó el 1 a 0 de la pizarra definitiva.
Un triunfo fundamental para Roma, que estaba muy rezagada en la parte baja de la tabla y ya parecía afuera de la lucha por el título. En cambio, con este resultado suma 5 puntos y se ubica a otros tantos de su vencido, Inter, que por ahora sigue líder con 10 unidades.
En la primera etapa, el dominio de Roma fue notorio, fundado esencialmente sobre la enorme tarea de los dos defensores centrales, Juan y Burdisso, quien anticiparon siempre a los rivales y no permitieron que Inter se instalara establemente en la mitad de la cancha local.
Sin embargo, Roma no lograba transformar esa superioridad en el trámite en moneda sonante, los goles, porque Ménez desequilibraba pero erraba todo en fase de definición y porque Totti y Borriello nunca lograron espacio suficiente como para lastimar.
Por encima, el referí Morganti no concedió un penal clamoroso, cuando Lucio levantó su pierna de manera desmedida mientras Borriello buscaba el cabezazo, un golpe claro que merecía la pena máxima. Con lo que había pasado en la semana, ese episodio obviamente crispó los nervios de los giallorossi y entonces se ensució el partido, con un sinfín de discusiones, faltas y juego muy entrecortado.
En el complemento, Inter mejoró algo, especialmente en la segunda parte de la etapa, cuando Benítez lo sacó a Milito y puso a un volante de marca, Muntari. Así, paradójicamente, Inter se afirmó en el medio y por eso logró mantener mucho más tiempo el balón cerca del área rival que de la propia.
En ese segmento, con Eto'o parado al centro del ataque desperdiciando un par de ocasiones con remates desviados, uno pudo adivinar que ese el esquema que más le gusta al entrenador y que se acerca el momento en el que Rafa deberá elegir entre el argentino y el camerunés para la posición de "nueve".
De cualquier manera, Roma también metió unos cambios, porque en el final parecía que hasta lo podía perder luego de haber merecido ganarlo en los primeros 45 minutos: así, ingresaron Vucinic por Totti y Julio Baptista por Borriello.
Fue justamente uno de los recién ingresados quien definió el pleito: ya en tiempo de descuento, De Rossi metió un centro desde la "trescuartos" por derecha y Vucinic, en zambullida, le ganó a Lucio y la mandó a guardar con un cabezazo muy cruzado al segundo palo.
Está claro que Vucinic y todo el Olímpico lo gritaron con alma y vida, pero también se escucharon gritos en otra media Italia, porque los hinchas de los demás equipos temían que Inter se escapara y cerrara el discurso "Scudetto" con más anticipo que nunca. En cambio, el campeón defensor perdió su invicto y entonces podemos decir, como por otra parte es obvio, que esto recién comienza.
Un triunfo fundamental para Roma, que estaba muy rezagada en la parte baja de la tabla y ya parecía afuera de la lucha por el título. En cambio, con este resultado suma 5 puntos y se ubica a otros tantos de su vencido, Inter, que por ahora sigue líder con 10 unidades.
En la primera etapa, el dominio de Roma fue notorio, fundado esencialmente sobre la enorme tarea de los dos defensores centrales, Juan y Burdisso, quien anticiparon siempre a los rivales y no permitieron que Inter se instalara establemente en la mitad de la cancha local.
Sin embargo, Roma no lograba transformar esa superioridad en el trámite en moneda sonante, los goles, porque Ménez desequilibraba pero erraba todo en fase de definición y porque Totti y Borriello nunca lograron espacio suficiente como para lastimar.
Por encima, el referí Morganti no concedió un penal clamoroso, cuando Lucio levantó su pierna de manera desmedida mientras Borriello buscaba el cabezazo, un golpe claro que merecía la pena máxima. Con lo que había pasado en la semana, ese episodio obviamente crispó los nervios de los giallorossi y entonces se ensució el partido, con un sinfín de discusiones, faltas y juego muy entrecortado.
En el complemento, Inter mejoró algo, especialmente en la segunda parte de la etapa, cuando Benítez lo sacó a Milito y puso a un volante de marca, Muntari. Así, paradójicamente, Inter se afirmó en el medio y por eso logró mantener mucho más tiempo el balón cerca del área rival que de la propia.
En ese segmento, con Eto'o parado al centro del ataque desperdiciando un par de ocasiones con remates desviados, uno pudo adivinar que ese el esquema que más le gusta al entrenador y que se acerca el momento en el que Rafa deberá elegir entre el argentino y el camerunés para la posición de "nueve".
De cualquier manera, Roma también metió unos cambios, porque en el final parecía que hasta lo podía perder luego de haber merecido ganarlo en los primeros 45 minutos: así, ingresaron Vucinic por Totti y Julio Baptista por Borriello.
Fue justamente uno de los recién ingresados quien definió el pleito: ya en tiempo de descuento, De Rossi metió un centro desde la "trescuartos" por derecha y Vucinic, en zambullida, le ganó a Lucio y la mandó a guardar con un cabezazo muy cruzado al segundo palo.
Está claro que Vucinic y todo el Olímpico lo gritaron con alma y vida, pero también se escucharon gritos en otra media Italia, porque los hinchas de los demás equipos temían que Inter se escapara y cerrara el discurso "Scudetto" con más anticipo que nunca. En cambio, el campeón defensor perdió su invicto y entonces podemos decir, como por otra parte es obvio, que esto recién comienza.
Voló muy bajo
El Real Madrid de José Mourinho dio un paso atrás en su progresión y fue incapaz de superar a un recién ascendido Levante, al que dominó con claridad en el centro del campo, pero cuya defensa se convirtió en infranqueable ante la escasa movilidad y precisión de los delanteros blancos.
A pesar de que dispuso de algunas ocasiones de gol y de que el Levante apenas se acercó al área de Casillas, el Real Madrid fue incapaz de anotar un solo tanto ante el equipo más goleado en lo que va de campeonato.
Los primeros cuarenta y cinco minutos, como cabía esperar, fueron un monólogo del Real Madrid, que llegó sin demasiadas complicaciones al área del Levante prácticamente en cada posesión.
Sin embargo, sus jugadores perdían movilidad y velocidad a medida que se acercaban a los últimos metros, lo que les impidió hacer efectiva su gran superioridad en el resto de líneas.
Quizá el mayor mérito del conjunto local en la primera mitad fue precisamente la defensa en superioridad que planteó en las bandas, que impidió tanto a Ronaldo como a Di María buscar diagonales para romper las líneas.
La apabullante posesión de la que disfrutó el Real Madrid y los enormes esfuerzos defensivos que exigía el planteamiento de Luis García Plaza supusieron un gran desgaste para el Levante, que sin embargo no pareció acusar en exceso.
Prácticamente todos los delanteros del Real Madrid tuvieron alguna buena ocasión en este primer tiempo. El primero fue Higuain en el minuto 11, que no acertó a rematar un buen centro de Marcelo desde la banda izquierda.
Instantes después, una vistosa combinación entre Ronaldo y Di María dejó en clara ventaja al argentino frente a Reina, pero el meta malagueño estuvo rápido.
Quizá la mejor ocasión del conjunto que dirige Mourinho la tuvo su compatriota Ronaldo en el minuto 38, al cabecear un centro que le llegó desde la banda derecha. El meta local estuvo de nuevo acertado.
Al Levante apenas le duró el balón un par de pases, de modo que únicamente dispuso de una ocasión. Fue una falta en la frontal del área de Casillas que Nacho González estrelló en la barrera.
Tras el paso por los vestuarios, el Real Madrid exhibió los mismos defectos, es decir, escasa precisión y velocidad en los metros finales, aunque multiplicados, y esto le costó un par de sustos, pues el Levante encontró una brecha por la banda izquierda y Juanlu y Rubén pudieron llevar cierto peligro al área de Casillas.
El conjunto valenciano se empeñó en alterar el guión previsto y, en lugar de retrasar la línea defensiva para compensar la pérdida de fuelle, se vació en las ayudas para complicarle las cosas en extremo al Real Madrid.
El encuentro entonces se volvió más rápido y atractivo, pero ni el Real Madrid hizo gala de su condición de equipo más goleador del campeonato, ni tampoco el Levante fue el 'novato' de las dos primeras jornadas, en las que recibió ocho goles.
La salida del campo de Di María hizo perder al Real Madrid la escasa mordiente que tuvo en los primeros minutos, de modo que entraron en juego los 'cañoneros' Ronaldo, Alonso y Khedira, aunque también sin fortuna.
Con el paso de los minutos, el Levante trató de amarrar por todos los medios el empate y reivindicar su condición de equipo de Primera División, aunque ello conllevó un buen número de acciones bruscas e interrupciones del juego
.
Pese a los cambios introducidos por Mourinho, el Real Madrid apenas modificó su juego. Siguió controlando la posesión y se aproximó siempre con facilidad al área del Levante, pero ninguno de sus delanteros supo desmarcarse con éxito o desbordar a la defensa en el cuerpo a cuerpo.
Tan sólo Pedro León, que hoy regresaba al que fue su estadio (el fichaje más caro que ha realizado el Levante en toda su historia) superó con claridad a su par y sirvió algunos centros de calidad en los últimos instantes de juego. Pero ni Benzema pudo aprovechar sus servicios ni él mismo estuvo acertado en los remates de que dispuso.
Prácticamente a la desesperada, y fruto de varios rebotes, el Real Madrid dispuso de algunas ocasiones en los instantes finales, especialmente una clarísima de Higuaín que sacó Reina in extremis, aunque todas ellas sin ningún orden ni criterio.
A pesar de que dispuso de algunas ocasiones de gol y de que el Levante apenas se acercó al área de Casillas, el Real Madrid fue incapaz de anotar un solo tanto ante el equipo más goleado en lo que va de campeonato.
Los primeros cuarenta y cinco minutos, como cabía esperar, fueron un monólogo del Real Madrid, que llegó sin demasiadas complicaciones al área del Levante prácticamente en cada posesión.
Sin embargo, sus jugadores perdían movilidad y velocidad a medida que se acercaban a los últimos metros, lo que les impidió hacer efectiva su gran superioridad en el resto de líneas.
Quizá el mayor mérito del conjunto local en la primera mitad fue precisamente la defensa en superioridad que planteó en las bandas, que impidió tanto a Ronaldo como a Di María buscar diagonales para romper las líneas.
La apabullante posesión de la que disfrutó el Real Madrid y los enormes esfuerzos defensivos que exigía el planteamiento de Luis García Plaza supusieron un gran desgaste para el Levante, que sin embargo no pareció acusar en exceso.
Prácticamente todos los delanteros del Real Madrid tuvieron alguna buena ocasión en este primer tiempo. El primero fue Higuain en el minuto 11, que no acertó a rematar un buen centro de Marcelo desde la banda izquierda.
Instantes después, una vistosa combinación entre Ronaldo y Di María dejó en clara ventaja al argentino frente a Reina, pero el meta malagueño estuvo rápido.
Quizá la mejor ocasión del conjunto que dirige Mourinho la tuvo su compatriota Ronaldo en el minuto 38, al cabecear un centro que le llegó desde la banda derecha. El meta local estuvo de nuevo acertado.
Al Levante apenas le duró el balón un par de pases, de modo que únicamente dispuso de una ocasión. Fue una falta en la frontal del área de Casillas que Nacho González estrelló en la barrera.
Tras el paso por los vestuarios, el Real Madrid exhibió los mismos defectos, es decir, escasa precisión y velocidad en los metros finales, aunque multiplicados, y esto le costó un par de sustos, pues el Levante encontró una brecha por la banda izquierda y Juanlu y Rubén pudieron llevar cierto peligro al área de Casillas.
El conjunto valenciano se empeñó en alterar el guión previsto y, en lugar de retrasar la línea defensiva para compensar la pérdida de fuelle, se vació en las ayudas para complicarle las cosas en extremo al Real Madrid.
El encuentro entonces se volvió más rápido y atractivo, pero ni el Real Madrid hizo gala de su condición de equipo más goleador del campeonato, ni tampoco el Levante fue el 'novato' de las dos primeras jornadas, en las que recibió ocho goles.
La salida del campo de Di María hizo perder al Real Madrid la escasa mordiente que tuvo en los primeros minutos, de modo que entraron en juego los 'cañoneros' Ronaldo, Alonso y Khedira, aunque también sin fortuna.
Con el paso de los minutos, el Levante trató de amarrar por todos los medios el empate y reivindicar su condición de equipo de Primera División, aunque ello conllevó un buen número de acciones bruscas e interrupciones del juego
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Pese a los cambios introducidos por Mourinho, el Real Madrid apenas modificó su juego. Siguió controlando la posesión y se aproximó siempre con facilidad al área del Levante, pero ninguno de sus delanteros supo desmarcarse con éxito o desbordar a la defensa en el cuerpo a cuerpo.
Tan sólo Pedro León, que hoy regresaba al que fue su estadio (el fichaje más caro que ha realizado el Levante en toda su historia) superó con claridad a su par y sirvió algunos centros de calidad en los últimos instantes de juego. Pero ni Benzema pudo aprovechar sus servicios ni él mismo estuvo acertado en los remates de que dispuso.
Prácticamente a la desesperada, y fruto de varios rebotes, el Real Madrid dispuso de algunas ocasiones en los instantes finales, especialmente una clarísima de Higuaín que sacó Reina in extremis, aunque todas ellas sin ningún orden ni criterio.
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