domingo, 21 de febrero de 2010

Bravo de cara

- Eran las 9:52 de una brillante mañana en Florida cuando el más grande manager de su generación entró al dugout para comenzar otro entrenamiento primaveral.

Por última vez.

Bobby Cox ha estado haciendo esto desde 1978. Y, amigos, eso es mucho, mucho tiempo en años de manager. La primera vez que el manager Cox hizo eso, sus colegas managers incluían a Herman Franks, Bobby Winkles y Vern Rapp. Así que ya saben que eso no fue exactamente la semana pasada.

Y todas estas primaveras desde ese entonces -- incluyendo un pequeño desvío por la oficina de gerente general -- han sido su vida. Un viaje en auto antes del amanecer hasta el estadio. Una taza de café en la oficina del manager. Y, en el primer día del entrenamiento primaveral, un pequeño discurso nuevo para dar ánimo a las tropas.


Realmente todavía no me ha golpeado el hecho de que este va a ser mi último año. Y probablemente no pasará hasta que llegue el final de la temporada.

-- Bobby Cox
OK, quizás la palabra "nuevo" no lo describiría exactamente.

Al serle preguntado el sábado en la mañana si ha variado su discurso en cada primavera, el manager se echó a reir.

"¿Cuánto podría cambiar?" preguntó.

Para el record, él tiene que dar uno más de esos discursos en un par de días, cuando se reporten sus jugadores de posición. Y Cox relevó el sábado que tampoco va a cambiar mucho de ese discurso tampoco.

"Chipper," dijo riéndose el manager, "se lo sabe de memoria."

Por supuesto, ese sería Chipper Jones. Y he aquí otro recordatorio del mucho tiempo que lleva Cox haciendo esto:

Pareciera como si él y Jones tuviesen ese uniforme por siempre. Eh, no es así. La primera vez que Cox tuvo que dar un discurso de esos del primer día de los entrenamientos primaverales, estamos bien seguros que Chipper no estaba presente.

Probablemente fue porque él tenía que estar atendiendo el kindergarten ese día.

Sí, han volado las mañanas de los entrenamientos primaverales. Seguidas por las tardes de los entrenamientos primaverales, los viajes en autobús de Jupiter y Fort Myers y Lakeland, y los viajes en los carritos de golf que se sabe que Cox hace de cuando en cuando.

Y aquí está él de nuevo el sábado, en una mañana de entrenamiento primaveral más, haciendo lo que él siempre ha hecho. Y no hay nada en esta rutina que no haya sentido antes -- una tradición de primavera que se repite todos los años como las prácticas de toques de bola y las prácticas de fildeo de los lanzadores.

Excepto por las preguntas.

Sí, fueron esas malditas preguntas, desafortunadamente, que le recordaron al manager que esta sería su última primavera en el trabajo, estuviera listo o no.

Para refrescarles la memoria, en caso de lo hayan olvidado, Cox y los Bravos acordaron en septiembre del 2009 que esta sería, finalmente, la última: Una temporada más para hacer lo que ha hecho mejor que cualquier otro manager que haya escrito una tarjeta de alineación.

Él tiene ahora 68 años de edad. Ha ganado más partidos que todos, menos tres managers en la historia del béisbol. Y cuando dirija su primer juego de temporada regular en el 2010, él será oficialmente el quinto manager en la historia en dirigir por 20 temporadas consecutivas con el mismo equipo. (Los otros: Connie Mack, John McGraw, Walter Alston y Tom Lasorda.)


AP Photo/Kathy Willens
Cox tiene el record de 14 apariciones consecutivas en postemporada
Cox ha estado dirigiendo a los Bravos por tanto tiempo, que ha tenido que dejar de lado algunas cosas que le gusta hacer, algunos lugares que le gustaría visitar. Un ejemplo: un safari fotográfico que él y su adorable esposa Pam Cox han planificado por algún tiempo.

Así que, ¿es tiempo de ponerse a hacer esas cosas, cierto? Es tiempo de moverse. Es tiempo de seguir adelante.

Sin embargo, en el primer día de la última primavera de Cox, no hubo nada extraño, nada artificial. El manager no lo hubiese querido de otra manera.

"Eso," dijo el receptor Brian McCann, "muestra como es él. Él no quiere ser una distracción."

A medida que conducía hacia el estadio el sábado en la mañana, según Cox juraría más tarde, que nunca pensó, ni siquiera por un segundo, que ese sería el Día 1 de su gran final.

"Honestamente yo no pienso en eso," dijo. "Realmente todavía no me ha golpeado el hecho de que este va a ser mi último año. Y probablemente no pasará hasta que llegue el final de la temporada. Honestamente, no le he dado pensamiento a eso. Sigo trabajando como usualmente lo hago, y estoy tratando de hacer el mejor trabajo que pueda para ganar la Serie Mundial."

Así que cuando se le preguntó sí ha pensado en mencionarse a sí mismo durante su discurso a todo el equipo la semana que viene, Cox puso la misma cara que hubiese puesto si se le preguntara si estaba pensando en cambiar a su dieta a solo comer coles de Bruselas.

"Oh, quizás diga que es el último año mío o algo así," dijo de forma aprensiva. "Pero no es para nada una herramienta motivacional."

Oh, ¿no lo es, ah? Aparentemente, Cox fue el último hombre sobre la faz de la Tierra en recibir el memorando de que él quizás sea el manager más estimado, en su propio camerino, en los tiempos modernos. Pero se ha convencido a sí mismo que su equipo no está pensando más en esto que él.

"Matt Diaz estaba en la caravana, y alguien le hizo esa pregunta," dijo Cox. "'¿Acaso van a tratar muy duro para darle una temporada ganadora a Bobby porque es su última?' Y ;el dijo, 'Bobby no querría que fuera de esa manera, porque él espera que lo hagamos todos los años.' ¿Y sabes qué? Él tiene razón."

Bueno, Matt Diaz quizás tenga razón en esa parte. Pero si él está implicando que los Bravos no van a pensar en eso, no puede estar más equivocado.

Los hombres en el camerino entienden que Cox no quiera que ellos piensen de esa manera. Pero no es lo mismo decirlo que hacerlo.

"Esto nunca será sobre él, y nunca lo será," dijo el lanzador Tim Hudson, ahora en su sexta temporada jugando para Cox. "Pero todo el mundo sabe que lo es. Todos los jugadores saben que este es su último año. Y a pesar que él es muy humilde y no quiere que la atención se centre sobre él … vamos a salir y hacer nuestro mejor esfuerzo por él. Y ojalá que al final del día, podamos darle algo especial."

Bueno, ellos están pasando la primavera en un estadio ahora conocido, por primera vez, como el Champion Stadium. Así que pueden verlo como un presagio, si quieren. Pero de forma realista, los Bravos necesitan que muchas cosas les salgan bien -- especialmente en el área de la salud -- si ellos quieren rociar al final de la temporada a Cox con champaña.

¿Podrá Troy Glaus recuperarse de sus problemas de hombro y espalda para batear de limpiavases a los 33 años? ¿Podrán Billy Wagner y Takashi Saito seguir siendo capaces de ser relevistas de las últimas entradas de los partidos a los 38 y 40 años, respectivamente, luego de tener grandes problemas de salud?

¿Podrán Jones y Derek Lowe regresar a su antigua forma? ¿Estará bien el hombro de Jair Jurrjens? ¿Tomará Hudson las cosas donde las dejó cuando fue sometido a la cirugía Tommy John? ¿Está listo Tommy Hanson para ascender al estrellato a los 23 años? Etc., etc., etc.

Pero naturalmente, el manager piensa que las respuestas a todas esas preguntas es sí. La manera en que siempre ha sido. Y esa aura de positivismo que él siempre proyecta ha sido parte importante de la cultura de ganar que siempre ha imperado en este camerino.

"Va a ser algo raro [la primavera que viene] cuando veamos a alguien más allá parado, cuando entremos y cuando pronuncie ese discurso," dijo McCann. "Va a ser raro, porque su presencia está en todas partes. Cuando te pones este uniforme, sientes su presencia."

McCann sabe -- todos lo saben -- que es así. La parte dura es tratar de comprender esto. A través de toda la organización, ellos están tratando de digerir lo que está a punto de suceder aquí. Pero imaginarse a alguien más -- cualquier otra persona -- sentado en esa oficina del manager es más difícil que tratar de batear la curva de Hanson.

"No parece real," dijo el presidente de los Bravos John Schuerholz, el compañero de luchas de Cox durante la racha de cetros divisionales del Este de la Nacional. "Va a ser algo surreal."

"Sabes, va a ser algo raro," dijo Hudson. "Para ser honesto, no hemos pensado mucho en esto porque realmente nadie quiere pensar mucho en esto. Es una de esas cosas donde uno quiere apreciar ese último año con él."

Pero este es un deporte en el que es difícil encontrar el tiempo para detener la temporada y saborear mucho de algo. Así que en cualquier minuto, la Liga de la Toronja va a comenzar. Y entonces llegará el Día Inaugural. Y el Juego de Estrellas. Y luego septiembre.

Y entonces, lo próximo que veremos será la conferencia de prensa de los Bravos para anunciar al (ahem) suertudo nuevo manager que tendrá que seguirle los pasos a este hombre. Buena suerte.

Pero todavía es demasiado temprano para decir quien será esa persona. Así que en el primer día de la primavera final de Bobby Cox, los jugadores en su camerino solo pueden tratar de comprender en sus mentes lo que les espera más allá del único manager de los Bravos para el que muchos de ellos han jugado.

"Solo espero," dijo Hudson, "que quienquiera que venga el año que viene pueda leer el manager del juego de Bobby antes que ellos lo hagan."

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