jueves, 18 de febrero de 2010

Volver a sufrir

Justo cuando se pensaba que el Real había dejado atrás todos sus vicios llega la dolorosa derrota de Lyon. No tanto por la derrota en sí, que duele, sino más bien por la pésima imagen que recordó a los viejos tiempos. A esos en los que el Madrid se encogía en Europa, esos en los que los blancos no pasaban de Octavos de final fuese quien fuese el rival. Parece que hablamos de décadas pasadas, pero estamos hablando de las cinco últimas participaciones del Madrid en la Champions, donde este club está borrando de su escudo un pasado glorioso en esta competición.
El caso es que la inversión del pasado verano generó un cambio en la mentalidad del seguidor blanco. Se pasó del miedo a Europa que se había dado en los últimos tiempos al "estaremos en la final, tenemos equipo". Vaya por delante que todavía falta la vuelta y que noventa minutos en el Bernabéu son -o eran mejor dicho- "molto longos", que diría Juan Gómez Juanito, motor del espíritu de superación blanco en los 80, pero la cosa no pinta bien.

Pellegrini eligió mal el mensaje a sus jugadores. Colocar a Mahamadu Diarrá junto a Xabi Alonso para evitar el juego aéreo del rival suena a equipo pequeño. Y así salto el Madrid a Gerland, con una mentalidad impropia de un equipo que quiere ganar su décima Copa de Europa.

Tampoco ayudó la posición de Marcelo en el lateral izquierdo. Este jugador tiene un problema grave. No es ni mucho menos un defensa solvente y tampoco un atacante excelso, superior a las estrellas que pueblan la vanguardia blanca. De hecho, parece que Pellegrini no sabe qué hacer con él. Del chileno se echó en falta capacidad de reacción, un reajuste de piezas ante la avalancha del Olimpique de Lyon, equipo inferior al de otros años pero aún así lo suficientemente fuerte para darle un repaso a los blancos. Porque el resultado bien pudo haber sido más abultado a poco que Lisandro López hubiese conjugado sus buenos movimientos con la puntería.

Otro que quedó en evidencia es Kaká, que pese a su mejoría ante el Xerez volvió a demostrar que el juego de este Madrid no es el suyo. El brasileño es un jugador maravilloso& con espacio por delante. Ante defensas cerradas muestra las limitaciones de un jugador con poca capacidad para asociarse con rapidez. A Cristiano le pasa algo similar, pero el portugués sí es capaz de decidir partidos él sólo. Este Kaká, no.

Con todo esto, el Madrid puede estar en Cuartos de final. Basta con que Pellegrini acierte con el once, que Kaká se inspire, que haya un lateral izquierdo solvente, un centrocampista que quiera jugar y un equipo en frente que no se parezca al de Gerland.

Si las cosas no salen y los merengues caen eliminados Pellegrini estará sentenciado. Nadie en el club tendrá piedad de él.

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