sábado, 14 de marzo de 2009

Hogar dulce hogar

Los hermanos Adrián y Edgar González vienen de pasar una semana en México, pero hasta ahora pueden decir que están realmente en su casa.
Los González, quienes ayudaron a su país a clasificarse a la segunda ronda del Clásico Mundial de Béisbol, forman parte de los Padres de San Diego, ciudad de donde son oriundos.
"Se siente bien estar en casa, para mí dormir en mi cama siempre es algo bueno, me siento cómodo", dijo Adrián González, una de las estrellas del equipo mexicano que el domingo enfrenatará a Corea del Sur en el arranque de la segunda ronda que se disputa en esta sede.
Cuba enfrentará a Japón en el otra juego.
González tomó práctica de bateo el sábado junto al resto de sus compañeros, a quienes constantemente se acercaba para susurrales tips sobre el Petco Park, un estadio donde, a diferencia del Foro Sol mexicano, la pelota no viaja tanto y es mucho más complicado pegar cuadrangulares.
"Es bueno volver porque conozco los alrededores, eso te hace sentir bien en el plato, ojalá que la afición mexicanos nos acompañe, sería bueno sentir esa adrenalina", agregó Adrián, quien aunque nació en Estados Unidos, está jugando por segunda ocasión un Clásico Mundial de Béisbol. "Aquí no hay que pegarle tan elevado a la pelota, aquí hay que tratar de pegarle más abajo, ponerla en juego".
A diferencia del 2006, cuando debutó con la casaca mexicana en el Clásico, el toletero González no llega a este torneo como un desconocido que apenas tenía un jonrón de por vida en Grandes Ligas.
A sus 26 años, González ya tiene tres temporadas consecutivas con por lo menos 30 cuadrangulares y 100 producidas.
"En el primer Clásico no sabía que esperar o si iba a jugar mucho, tuve que compartir tiempo con Gerónimo (Gil), ahora vine para estar en medio del line-up, a producir carreras, es una gran diferencia y me siento mejor ahora", concluyó González

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