viernes, 13 de marzo de 2009

No fue el final apropiado

El propio Alou lo dijo en la rueda de prensa que se celebró en el estadio Hiram Bithorn, luego de que el seleccionado de República Dominicana perdiera el martes ante el representativo de Holanda, para quedar eliminado del Clásico Mundial de Béisbol 2009 en la primera ronda del certamen: "es casi seguro que este haya sido mi última partido como dirigente".
Alou es, sin dudas, una de las grandes figuras del béisbol dominicano de todos los tiempos y todos coincidimos en destacar, que su designación al frente de la escuadra quisqueyana, serviría de colofón a la brillante trayectoria, que en el plano personal y profesional, ha desplegado este extraordinario ser humano por más de 50 décadas.
El nombramiento de Felipe como capataz del seleccionado criollo fue un homenaje a su brillante hoja de servicios al país y haber contado con él, fue un privilegio del que todos los dominicanos debemos sentirnos orgullosos.
Pero, en estos momentos surge una pregunta obligada: ¿se merecía Felipe Alou una despedida tan indecorosa?
Claro que no. Este icono del deporte dominicano y su equipo debieron correr una mejor suerte, sin embargo las deserciones de jugadores y los impedimentos puestos por las diferentes organizaciones de las Grandes Ligas a muchos peloteros estelares, trajo como consecuencia que el conjunto que se pudo en manos de Felipe, no estuviera ni cerca de ser la maquinaria que todos soñaron.
No obstante, el prestigio y la integridad de este hombre siguen intactos y ni siquiera el sonado fracaso del equipo quisqueyano en el Clásico, podrá empañar una trayectoria colmada de episodios inolvidables, tanto fuera como dentro de los campos de de juego.
Ficha personalFelipe Rojas Alou nació en Haina el 12 de mayo de 1935 y el 14 de noviembre de 1955 fue firmado como agente libre amateur por el scout Horacio Martínez, para la organización de los Gigantes, que para la época todavía se encontraba en la ciudad de Nueva York.
Felipe fue miembro de la selección nacional de béisbol que conquistó medalla de oro en los Juegos Panamericanos de 1955, celebrados en Ciudad México y el año anterior había competido con el equipo dominicano de atletismo, en la modalidad de lanzamiento de jabalina, en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, escenificados igualmente en la capital azteca.
Fue su actuación en los Panamericanos de 1995 lo que finalmente motivó a los Gigantes para reclutar a este excepcional atleta criollo, que aspiraba a obtener un título académico en la Universidad de Santo Domingo, pero a quien la estrechez económica de su familia lo llevó a convertirse en pelotero profesional.
Carrera como jugadorFelipe debutó en las Grandes Ligas el 8 de junio de 1958, vistiendo el uniforme de los Gigantes de San Francisco, convirtiéndose de esa forma en el segundo dominicano en jugar en la Gran Carpa, siendo el primero Osvaldo Virgil, quien lo hizo dos temporadas atrás con la misma franquicia, en septiembre de 1956, cuando ésta aún operaba en la ciudad de Nueva York.
La estancia como jugador del mayor de los hermanos Rojas Alou se extendió por 17 años, desde 1958 hasta 1974. Durante su carrera jugó con los Gigantes de San Francisco, los Bravos de Milwaukee y de Atlanta, los atléticos de Oakland, los Expos de Montreal y los Cerveceros de Milwaukee.
Originalmente un jardinero, que luego se desempeñaría como inicialista, Felipe terminó su permanencia en el Gran Circo con promedio de .286, 985 carreras anotadas y 852 remolcadas, 359 dobles, 49 triples, 206 jonrones y 107 bases robadas, viendo acción en 2 mil 82 partidos.
Su primera actuación sobresaliente en las Grandes Ligas se produjo en la campaña de 1962, cuando terminó con average de .316, 25 cuadrangulares y 98 carreras producidas. En 1966 y 1968 agotó dos excelentes temporadas defendiendo los colores de los Bravos de Atlanta.
En la primera de esas dos exitosas estaciones bateó para promedio de .327, disparó 218 hits, entre ellos 31 jonrones, empujó 74 vueltas y anotó 122.
Dos años más tarde registró marca ofensiva de .317 y finalizó con 210 imparables (37 dobles, 5 triples y 11 cuadrangulares), 72 carreras anotadas y 57 remolcadas.
En 1966 lideró la Liga Nacional en hits, carreras anotadas, total de bases (355) y turnos (666), además de terminar segundo detrás de su hermano Mateo (.342) en promedio de bateo. (Esa es la única vez en la historia que dos hermanos terminaron primero y segundo en la lucha por un liderato de bateo).
En 1968 fue co-líder en hits y en 1972 se convirtió en el jugador número 31 en colectar al menos 2000 hits y 200 jonrones.
Participó en tres Juegos de Estrellas, 1962, 1966 y 1968.
Trayectoria como managerDespués de concluida su carrera como jugador activo, Felipe trabajó en la organización de los Expos de Montreal como instructor de bateo y mánager en los sistemas minoritarios. En 1985, la gerencia de los Gigantes de San Francisco le ofreció el puesto de dirigente de su equipo de Grandes Ligas, pero Rojas Alou prefirió esperar y mantenerse leal a la organización de Montreal.
Finalmente, los Expos lo nombraron mánager de su equipo grande el 22 de mayo de 1992, sustituyendo al estadounidense Tom Runnels, para de esa forma llegar a ser el primer dominicano en fungir como dirigente titular de un equipo de las Ligas Mayores.
En Montreal, Felipe desarrolló una extraordinaria camada de jóvenes talentosos, entre los que se contaron, su hijo Moisés y jugadores de la talla de Larry Walker, John Wetteland, Delino DeShields.
Dos campañas más tarde, en 1994, en una temporada recortada por una huelga de peloteros, los Expos registraron el mejor récord de las Ligas Mayores, siendo premiado Rojas Alou como Mánager del Año del viejo circuito.
No obstante, el paró impidió que Felipe y los Expos tuvieran la oportunidad de participar en su primera Serie Mundial.
Luego, la gerencia de Montreal comenzó a dejar ir a muchos de sus mejores jugadores como mecanismo para disminuir costos.
Los Dodgers trataron de contratarlo en la temporada de 1998, pero de nuevo se rehusó a abandonar a los Expos. Finalmente, Alou se convirtió en el mánager más ganador en la historia de la franquicia canadiense.
A pesar de la popularidad de Alou en Montreal, el récord negativo de los Expos eventualmente llevó hasta su destitución y el nuevo dueño, Jeffrey Loria, lo reemplazó por Jeff Torborg durante la temporada de 2001.
Algunos equipos trataron de contratarlo, incluyendo a los Medias Rojas, pero él no aceptó.
En 2002 accedió a trabajar por un año como coach para el dirigente dominicano de los Tigres de Detroit, Luis Pujols.
Previo a la temporada de 2003, Alou fue nombrado mánager de los Gigantes, el equipo donde comenzara su carrera como beisbolista, reemplazando a Dusty Baker, quien había partido a dirigir a los Cachorros.
En su primera temporada en San Francisco, condujo al equipo hasta la postemporada, donde fueron vencidos por los Marlins de la Florida en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional en 4 partidos.
Los Marlins eventualmente ganaron la Serie Mundial de ese año.
En el 2005, los Gigantes contrataron a Moisés Alou por un año, reuniéndolo nuevamente con su padre, luego de siete temporadas.
Felipe es el mánager de origen latino que más partidos ha ganado en las Grandes Ligas, compilando marca de por vida de 1,033 victorias y 1,021 derrotas.
Como dirigente, posee los récords de más partidos ganados (691), más temporadas (10) y juegos dirigidos (1,409) para la franquicia de los Expos, hoy Nacionales de Washington.
Su legadoFelipe disfrutó de de sobresalientes carreras profesionales como jugador y dirigente en las Ligas Mayores, pero su mayor legado fue su conducta digna dentro y fuera del terreno de juego, que ni las odiosas prácticas racistas que le tocó vivir en sus primeros años pudieron doblegar.
Rojas Alou también fue un gran defensor de los miembros de su raza y siempre elevó su voz para protestar porque al pelotero latinoamericano no se le reconociera su talento y sin embargo, se le criticara por su forma apasionada de jugar al béisbol.
No ha dudas, Felipe es un verdadero orgullo dominicano

No hay comentarios:

Publicar un comentario