jueves, 4 de marzo de 2010

los alviseleste al nivel del mundial

Argentina le acaba de ganar a Alemania en Munich y ante un estadio colmado de simpatizantes alemanes. Un gran triunfo, ante uno de los mejores seleccionados del mundo. Y no me refiero solamente al resultado que, al fin de cuentas, es anecdótico. Es cierto que no se jugaba nada importante, pero este choque paradójicamente quizás sea el partido más esclarecedor de la era maradona.
Se sabe, todo plantel necesita un partido en serio para probar sus fuerzas, para ganar confianza y fortalecerse. Incluso, el propio director técnico también necesita uno de estos partidos para saber qué capital futbolero tiene realmente.
Pero empecemos por el perdedor, Alemania, el verdadero culpable de que este partido haya sido por momentos un fiasco. Si alguna vez, salió del fiasco, se lo debemos a la magia inalterable del fútbol argentino.
El equipo alemán lució desconocido, aburrido hasta la exageración, sin ideas, ni sangre para todo aquello que no sea pegar y protestarle al árbitro. En varios pasajes, fue silbado por su propio público. Especulador y malo.
Ballack, casi no la tocó. Miroslav Klose brilló por su ausencia y tanto Philip Lahm como Lukas Podolski se dedicaron a pegar fuerte para detener el impresionante talento de los jugadores argentinos.
Pasemos a lo mejor de la noche: Argentina. Excelente el mediocampo, comandado por Verón, Mascherano y el incansable Jonás Gutiérrez que se despliega por casi todos los rincones del campo como un gran mapa.
Excelente Messi que, cada vez que la tocó, desequilibró. Los alemanes se cansaron de pegarle patadas. Higuaín lo justo, como todo goleador, apareció una sola vez y convirtió un golazo.
Con Ángel Di Maria pasa algo interesante. Es un jugador explosivo, de gran dinámica; encarador y con mucha vocación de gol. Tal vez, no sea tan popular como Carlos Tevez o Higuaín, más famosos y reconocidos en el mundo del fútbol europeo, pero Di María no tiene nada que envidiarles y, les puede pelear el puesto a los dos. Despedazó las pequeñas dudas, si las había.
El fondo, la línea de cuatro es el gran tema a solucionar por Diego. Este partido lo dejó bien claro. En esta zona del equipo es donde hay que trabajar más y no vendrían mal los consejos o el asesoramiento profesional de Oscar Ruggeri.
Confieso que tengo mis muchos resquemores y ciertos prejuicios con respecto a Heinze, Otamendi, Samuel y Clemente Rodríguez.
Por esta vez, Heinze jugó poco, pero a mí nunca dejó de convencerme para ocupar un puesto tan importante en la selección nacional. A Otamendi le doy un poco más de tiempo. Clemente y Samuel cometieron muchas faltas y fueron superados con frecuencia. En cambio estuvieron muy bien Demichelis, Burdisso y Gutiérrez colaborando. Ojo, estas observaciones son solo detallecitos que Diego solucionará de inmediato.
Otra cosa que quiero destacar es la sorprendente tarea de pressing, de apriete que realizó el equipo argentino acorralando contra su propio arco al equipo alemán. Esto sí, es una novedad absoluta, haciendo el pressing en bloque y al mejor estilo del Milán de Baressi.
No soy un aguafiestas como muchos periodistas que, ni terminada la transmisión del partido, hablaban mal, inconformes e impiadosos con el equipo argentino. Ni tampoco soy un panqueque que voy a decir que la rompieron. Todavía hay mucho para mejorar, pero es el camino, señores. Es el camino...
Para mí, el equipo de Diego, entusiasma. Cambió notablemente, se mostró seguro y muy "pintoresco" en la delantera. Superó a los alemanes en todas las líneas y dejó bien en claro que tiene individualidades de temer...
El resultado es una anécdota. Lo importante es que tenemos con qué. Que, al fin de todas nuestras críticas, tenemos talentos para ganarles a los mejores del mundo. No hay que arrugar, hay que seguir trabajando y comenzar a perderle el respeto a los cucos de cartón como Alemania, Francia, España y Brasil.

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