sábado, 30 de enero de 2010

Aplausos, por favor

Cuatro años al inicio de su carrera en la NBA con los Chicago Bulls de la era post Michael Jordan, otros cuatro lidiando con las distracciones diarias que producían su compañero Stephon Marbury y su técnico Isiah Thomas en Nueva York y una temporada viajando con el circo que tiene Don Nelson en Oakland (al que llaman los Golden State Warriors) han servido para darle a Jamal Crawford una distinción que ningún jugador desea: la de haber participado mas campañas en la NBA sin haber asistido siquiera a una postemporada.
El no haber participado en los "playoffs" a lo largo de su carrera es algo que molesta sobremanera a Crawford por la connotación que ello tiene. Durante sus primeros nueve años en la liga, Jamal ha sido visto como un jugador que puede poner muy buenos números, pero que no puede ayudar a los equipos en los que ha estado a ganar consistentemente; en otras palabras, es visto como el clásico perdedor. Obviamente, esta acusación no toma en cuenta la poca calidad de los conjuntos previamente mencionados y la poca ayuda con la que el base y escolta de excelente manejo de balón y gran capacidad anotadora ha contado a lo largo de su carrera.
Todo eso está destinado a cambiar este año. Los Atlanta Hawks, franquicia a la que llegó en cambio entre temporadas, es un equipo joven, talentoso, motivado y pujante que tiene ya en su resumé haber participado en la postemporada en los últimos dos años, haber extendido a los eventuales campeones Boston Celtics al máximo de 7 partidos en su serie de primera vuelta del 2008 y haber ganado una serie de "playoff" el año pasado.
Este equipo, que bajo la dirección del técnico Mike Woodson ha mejorado su actuación en cada uno de los pasados cinco años, se encuentra hoy día encabezando la División Sureste y tercero en toda la Conferencia del Este con un porcentaje ganador del 66 por ciento, por lo que se puede dar por un hecho que Crawford estará participando en su primera serie de "playoffs" en esta, su décima temporada en la liga.
Pero antes de que alguien se engañe y llegue a la conclusión de que Crawford solamente se ha montado en el vagón de sus compañeros mientras se deja llevar en el viaje a la postemporada, es justo señalar que los Hawks no tendrían el registro ganador que hoy presentan si no contaran con las ejecutorias de su base-escolta sustituto. A pesar de no haber titularizado en ninguno de los 41 partidos de su equipo, Jamal es segundo en puntos por partido (17.1), cuarto en minutos (30.6), primero en puntos anotados en el último cuarto (unos 6 por partido); al tiempo que lanza un 45 por ciento de campo, un 36 por ciento en triples y un 85 por ciento de la línea de libres.
Sus actuaciones en últimos cuartos han sido clave en un par de victorias sobre sus rivales de Conferencia, Boston Celtics (Atlanta ha ganado los tres partidos que han sostenido esta temporada) y su canasta triple en el último segundo le dio la victoria a su equipo por un solo punto sobre los Phoenix Suns la semana pasada. Una crítica que se lanzaba sobre Crawford en el pasado era que no se podía determinar si era un base o escolta, pues como base lanzaba demasiado al aro y no tenía una buena proporción de asistencias a pérdidas, mientras como escolta tendía a manejar demasiado la pelota y no se aplicaba en la defensa. Sin embargo, en Atlanta ha sido utilizado saliendo desde la banca indistintamente para darle descanso al escolta Joe Johnson o al base Mike Bibby, jugando como una especie de "combo guard". También, aprovechando el buen físico de Johnson y su capacidad para jugar en la posición de alero, Woodson ha optado por cerrar la mayoría de los partidos con Bibby, Crawford y Johnson sobre la duela al mismo tiempo. Esta combinación de veteranía, inteligencia, buen manejo del balón y gran capacidad anotadora ha probado ser letal para la mayoría de los rivales de los Hawks.
Otra experiencia que Jamal está teniendo por primera vez en su carrera es la de darse cuenta que con los logros colectivos también llegan los reconocimientos individuales. Debido a que Crawford es el sustituto más productivo de la liga en esta primera fase de la temporada y gracias a sus ya reseñadas contribuciones a los triunfos de los Hawks, su nombre comienza a darse como favorito para cargar con el premio de Mejor Sexto Hombre al finalizar la temporada.
No está nada mal para un jugador que, hasta esta temporada, era visto como el epítome del perdedor.

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