miércoles, 20 de enero de 2010

Se reforzaron sin desembolsar la chequera

Un tema que debe seguirse muy de cerca cada invierno es esencialmente: ¿Cómo les fue a los Yankees durante el receso de temporada?

Esto es tan grande como "los grandes ganadores" y/o "los grandes derrochadores de dinero". Ahora que los Yankees de Nueva York son una vez más campeones de la Serie Mundial, una franquicia cubre convenientemente ambas categorías.

Las malas noticias para los demás 29 equipos es que durante este receso de temporada los Yankees no se convirtieron exactamente en los peores. De hecho, la evidencia nos lleva a pensar que este invierno han mejorado aún más como equipo. No quiero decir que no enfrenten algunas interrogantes de cara a la próxima temporada, pero dichas interrogantes son mucho menos y de menor importancia que aquellas que enfrenta el resto de la competencia.

Lo que llama la atención de las maniobras que los Mulos realizaron este invierno es que las hicieron sin sentimentalismo, y también sin desembolsar $423.5 millones. Digamos que hicieron los ajustes necesarios, pero esta vez esos ajustes no incluyeron contrataciones millonarias de agentes libres con ofertas que no podían pasar desapercibidas.

Los Yankees decidieron no retener a un par de piezas importantes; el bateador designado Hideki Matsui y el jardinero Johnny Damon. Matsui fue el Jugador Más Valioso de la pasada Serie Mundial, pero sus debilitadas rodillas ya no le alcanzan para ser utilizado con regularidad en los jardines. Su reemplazo hasta este punto es Nick Johnson, cuya propio historial de lesiones no hacen de este cambio una mejora automática.

Damon cambió el rumbo del Juego 4 de la pasada Serie Mundial con un clave turno al bate, seguido por dos bases robadas en una sola jugada. Existe una ligera posibilidad de que Damon regrese a los Yankees, aunque esa posibilidad se evapora con cada día que pasa. Los Yankees han dicho que no pueden darle al veterano jardinero el contrato que está demandando.

Los Yankees no han terminado con sus movimientos este receso de temporada, pero ya han hecho dos maniobras muy significativas, ambas mediante canjes. Primero tenemos al jardinero central Curtis Granderson, un pelotero genuinamente emocionante que aporta velocidad, un poco de poder, y gran inteligencia para jugar al béisbol. Granderson sí es una mejora en el jardín central y esa es la forma en que estas cosas deben medirse.

Luego tenemos al abridor boricua Javier Vázquez, una cara conocida en el Bronx. Vázquez ya lanzó para los Yankees en 2004, temporada durante la cual lució generalmente solido en la primera mitad y generalmente tambaleante durante la segunda.

Pero nunca nadie dudó de su calidad, y hasta la fecha no ha perdido nada de ella. El derecho registró algunos de los mejores números de su carrera la temporada pasada con los Bravos de Atlanta (15-10, PCL de 2.87, 44 pasaportes, 238 ponches). Una vez más, esta maniobra también es una mejora para la rotación de los Mulos. Los Yankees se la jugaron con una rotación de tres abridores durante toda la postemporada del 2009. Ahora podrían ir con cuatro abridores y sentirse bien con el cambio.

Los Yankees tienen algunas interrogantes pendientes de cara al 2010. Una de ellas es la identidad de su quinto abridor. Esto también lleva a una pregunta que se está haciendo una costumbre desde finales del 2007: ¿Cuál será el papel permanente de Joba Chamberlain? La misma pregunta pudiera hacerse de otro talentoso serpentinero joven, Phil Hughes. Al menos los Yankees tienen opciones. Pudieran todavía no saber en qué posición encajarían mejor, pero están trabajando con lanzadores de extremo talento.

Otra de las interrogantes es el jardín izquierdo. Brett Gardner está ahí, pero eventualmente pudiera combinarse con otro jardinero cuya identidad aún no ha sido revelada. Entre un cierto segmento de fanáticos de los Yankees existe una frustración en cuanto a que el equipo no recurrió a la usual maniobra de gastar millones de dólares para adquirir a un agente libre de renombre, en este caso Jason Bay o Matt Holliday.

Los Yankees no deben de ser señalados por no haber recurrido a sus usuales andanzas esta temporada, especialmente durante estos tiempos difíciles económicamente hablando. Si analizamos la forma en que las cosas se dieron, los Mulos no salen afectados en el caso de los dos jardineros antes mencionados, porque ambos fueron contratados por equipos de la Liga Nacional.

Sí, Bay fue adquirido por los Mets y los Mets son competencia. Pero la Serie del Subway, salvo una repetición de la Serie Mundial del 2000, son solamente seis juegos cada verano. Si los Mets estuvieran en el este de la Liga Americana, la cosa sería diferente. Una noticia aún mejor para los Yankees es que Bay dejó Boston y por consiguiente el Este de la Liga Americana. De esa forma, sin haber gastado un solo centavo en cualquiera de ambos jardineros, se podría fácilmente decir que los Mulos salieron beneficiados.

Los Medias Rojas añadieron a un valioso pitcher, John Lackey, a su rotación. En el papel, Boston cuenta con gran profundidad en su pitcheo y no puede dejar de ser considerado como un serio contendiente. También se hicieron del veterano jardinero Mike Cameron. Este hombre es mejor guante que Bay en los jardines, pero no mejor como bateador.

Sin hacer mucho ruido, los Yankees hicieron maniobras muy importantes en dos áreas. Esto es especialmente promisorio debido a que una de esas dos áreas era el pitcheo abridor.

No, la salida de Matsui y Damon no son intrascendentes. El dominicano Melky Cabrera también fue una pieza importante en los Yankees. Pero la adquisición de Granderson y Vázquez tiene mucho sentido.

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